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Quisiera ser otro, quisiera que tu fueras diferente. Un nombre, una palabra. (La historia de Occidente no es otra cosa sino la de dar ser a las cosas. Heidegger.) Los pensamientos, cada uno tán inútil como el anterior. Y tan singnificativos empero. Cuando leés a Poe y lo encuentras insulso el mundo debe estar mal. Muy mal. Cuando ves y percibes y es obvio que el secreto no es más que una mentira también. Pués entonces no sé. Te ries. Te ries en serio. Y los demás lo comprenden... Y callan. Enmudecen y disfrutan. The horror, the horror. (ja) Y después lloras y ries. Nada más.

Y piensas> Esto no es sino el principio... El sol. Helios. Energía. Abundancia. De lo mismo. La misma mentira. Cada vez más perfecta, cada vez más irreal. Cada vez más: insoportable, convincente. Caminas de cabeza, cayendo hacia el espacio, nutriendote. Y las dimensiones, te das cuenta, no son las mismas. ¿Quién decide como son las cosas? ¿Cómo ordenarlas? Y la sonrisa sigue ahí. ¡Demonios! Eres culpable.

Y encuentras a una persona. Inconcevible. Tan perfecta. Y tan irreal. Y te ries. De nuevo, por que te das cuenta que es imposible. Ella está tan lejos. Como todos. Pero tán cerca. Y te maldices. Y ahora solo lloras. Y ries. No te queda más que reir. (ja, ja) Sarcasticamente. Y piensas> No, no, esto no es más que otra vez la misma mentira. El mismo engaño. Pero vamos, cuando sientes semejante vacio en tu intestinos, pues no puede ser tan irreal. La nada no puede ser una mentira. Solo ella es real. Y la energía se agota... Y te das cuenta estás muriendo. Lentamente. Agradeblemente. Y miras tu demacrado rostro en un espejo, y esa sonrisa tan insoportable. Y entonces solo ries hasta que tus lágrimas se agotan.