15.9.07

El deseo inconsciente es inmortal.

y si te quiero, ¿qué te importa?
Goethe.

La libido ahí, siempre presente; desmintiendo, fastidiando todas nuestras idílicas pretensiones. Recordándonos la vulgaridad animal de nuestro deseo, rebajándonos al éxtasis lubrico de dos soledades amandose.

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